29 septiembre, 2013

Impotencia

     No quiero caer. Hoy no. Hace demasiado frío fuera como para dejarme arrastrar por la fuerte corriente de aire helado que me absorbe hacia abajo y me empuja contra el suelo. Contra ti.

     Me niego a dejarme vencer por la impotencia.

     ¿Pero qué puedo hacer? Si mientas yo lucho con todas mis fuerzas para no caer en la horrible telaraña tejida por mi pensamiento enredándose en el tuyo, tú viajas libre a años luz de mí. Y ¿qué puedo hacer?

     Siempre he creído en los espíritus libres, soñadores, que no responden ante nada ni ante nadie. Que vagan por el mundo en busca de su propia felicidad, mientras reparten alegrías y sonrisas a su alrededor. Intentando mejorar un poco el mundo, aunque tengan que sacrificar una parte de sí mismos.

     Por eso me niego a convertirme en esclava de mis pensamientos, que me devuelven a ti una y otra vez. Taladrándome la cabeza sin miramientos, cada vez más fuerte, cuanto más fuertes son mis intentos de liberarme de esas garras. Y mientras tú sigues siendo un espíritu libre, yo sucumbo a la impotencia de no poder escapar de ti. Al menos no esta noche.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Te gusta lo que lees?
¡No seas tímid@ y déjame tu opinión en los comentarios!