16 septiembre, 2020

Si vuelvo a verte...

Dice Andrés que "si vuelvo a verte, que sea en una foto". Y yo le digo que no, que no quiero verte en fotos, y menos en blanco y negro. Que tú por dentro eras una explosión de colores, tan brillantes y variados que haría falta una vida entera para poder ponerlos en orden cromático. Que cada vez que estaba dentro de tus ojos aparecía un color nuevo, y eso no hay cámaras con megapíxeles suficientes que sean capaces de captarlo. No quiero verte en fotos, porque todas me llevan a un pasado que está tatuado en mi cerebro como la sombra de un sueño que pudo ser, pero no fue.

Vivo en una mezcla de sueño y realidad que me impide saber por dónde tengo que caminar para no despeñarme al vacío. No consigo distinguir la verdad de mi pasado, y mi memoria marchita juega a la ruleta rusa con mis recuerdos, presentándome sueños como verdades y tragándose momentos que ocurrieron y ya no puedo recordar.

No quiero verte en fotos. Quiero caminar un día distraída por una ciudad cualquiera y verte al otro lado del paso de peatones, dispuesto como siempre a caminar hacia delante para cruzar sin miedo hacia una nueva dirección. Quiero estar un día tumbada en el césped de un parque y al apartar la mirada del cielo verte correr entre los árboles, como si llegases tarde a la cita con tu futuro, y que al desaparecer de mi vista no me queden dudas de que vas hacia donde tienes que ir, buscando tu felicidad. Quiero encontrarte cualquier día, cuando ya no espere encontrarte, y ver que el camino te llevó por fin a tropezarte con ella, y que tiene la fuerza suficiente para sacarte los colores que no me correspondía a mí pintar.