27 marzo, 2015

¿Buscar la luz o encenderla?

     Es difícil saber cómo actuar ante la frustración, tal vez porque no la enfrentamos y dejamos que ella se encargue simplemente de abarcar todas y cada una de nuestras esperanzas y todos y cada uno de nuestros sueños.
     No es fácil mantener la calma cuando te sientes frustrado. Cuando trabajas día y noche, incansable, para conseguir un objetivo, y luego ves que ese objetivo queda lejos de ser alcanzado, derramándose como el agua entre los dedos de las manos. 
     Una vez que el objetivo, frágil, se derrite, es difícil volver a encontrar las fuerzas suficientes para recoger el agua y volver a construir un cubito de hielo para poder sostenerlo.
     No es fácil levantarse, por supuesto, pero ¿hay algo fácil en la vida?
     Sí, puede que quedarse tirado en el suelo, observando en la distancia cómo los demás siguen con sus vidas, "tumbarse a la bartola" y estar toda la vida descansando, sin que te duelan los pies y las rodillas de caminar y caer. Puede que eso sí sea fácil.
     Pero no puedo atribuir méritos a alguien que no aprende a caminar cayendo o que rebaja su confianza en sí mismo hasta el punto de quedarse sentado por no creerse capaz de levantar el culo.
     No es fácil, amigo. Hemos caído muchas veces. Lo sabes, y lo sé (porque sé más de lo que imaginas), pero ¿no crees que somos demasiado jóvenes para decidir sentarnos ya? Con la de cosas que nos quedan por vivir... Y si esperas que venga alguien a levantarte... lo siento, pero no creo que ese "alguien" vaya a parecer de la noche a la mañana.
     Sólo nos queda una opción, compañero: suspiro y p'alante. Que la vida es demasiado corta (aunque nuestra juventud a veces nos lo oculte), y no nos queda otra que vivirla con optimismo si queremos avanzar.
     No puedo asegurarte que vaya a haber luz al final de este túnel, pero...

¿y si pulsamos el interruptor?