01 septiembre, 2013

Amor de madre

     Porque sólo una madre sabe dar esos abrazos eternos que bien pueden durar un minuto o una hora por igual. Esos abrazos que hacen que se pare el mundo, porque cuando una madre abraza a un hijo, nada importa. Da igual si ríes o si lloras, porque tu madre te está abrazando. Esos abrazos que pueden curar desde el más simple constipado hasta la enfermedad más grave. Pero lo que más curan esos abrazos es el corazón y el alma del hijo que se siente querido por su madre. Porque sólo tu madre puede hacerte feliz con un fuerte abrazo.
     Porque sólo una madre es capaz de decir a su hijo cuánto le quiere mientras le pone en ridículo. Sólo tu madre sabe decirte que eres el mejor hijo del mundo y que no te cambiaría por nada, al mismo tiempo que cuenta tus historias más íntimas al vecino, al primo o al primero que se encuentra en la tienda del barrio comprando tomates. Y aún así no te puedes enfadar con ella (aunque te saque de quicio), porque está demostrando a todos que le importas más que su vida, porque es tu madre, y porque estás feliz de quererla tanto y de tenerla a tu lado.
     Porque sólo una madre es capaz de perdonar una y un millón de veces a un hijo. Aunque hieras sus sentimientos repetidamente, y aunque cometas el mismo error una vez tras otra, tu madre siempre estará ahí para darte un abrazo eterno mientras te dice lo mucho que te quiere con alguna historia de tu infancia que te hace enrojecer. Para decirte que todos somos humanos, que todos cometemos errores. Y para hacerte ver que hay que tropezar varias veces con la piedra hasta encontrar un camino alternativo. Tu madre siempre estará ahí para llorar contigo, reír contigo y hacer cualquier cosa con el pretexto de hacerla contigo y que permanezcas a su lado.
     Yo cometí un error hace unos días. Hasta hoy han sido los peores días de mi vida. Los peores porque me sentía a años luz de mi madre. No soportaba verla tan cerca y tan lejos a la vez. Pero hoy me he dado cuenta de que no puedo vivir sin ella. La necesito más que a mi vida y ahora me alegro de haber cometido aquel error, porque me ha ayudado a comprender que mi madre estará siempre a mi lado. Ayudándome, aconsejandome, riñendome, riendo y llorando conmigo. Me siento afortunada por tener a mi madre conmigo, y porque, después de perderla, siento que la he recuperado…

2 comentarios:

  1. A punto de llorar, sencillamente.
    Esos abrazos no deben malgastarse ni "malaprovecharse", pues no son eternos. Disfrútalos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tienes toda la razón. No sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos, pero hay que aprovechar las oportunidades de recuperarlo siempre que se nos presenten, porque cuando se van de verdad ya no hay vuelta atrás.

      Eliminar

¿Te gusta lo que lees?
¡No seas tímid@ y déjame tu opinión en los comentarios!