01 diciembre, 2013

Volar para los pájaros

¿De verdad se puede ser libre en esta vida?

     No se cansan de decirnos que tenemos que estudiar, para ser libres y no para llegar a algo en la vida; que ser libres significa poder pensar por nosotros mismos, y actuar  igual que pensamos. Sin obligaciones ni imposiciones que nos hagan hacer y pensar cosas que en realidad no deseamos. Pero, ¿cómo dejar de lado todo para hacer lo que realmente nos apetece, para dedicarnos ese tiempo para nosotros mismos?
     Tal vez podamos dejar de ir a un sitio porque no nos gusta el ambiente, o dejar de practicar un deporte que empezamos de pequeños y ahora no nos gusta, pero no podemos dejar nuestras responsabilidades aparcadas. Hacer siempre lo que nos apetece, sin contar con lo que quieran las personas que nos rodean y nos importan, posiblemente nos haría completamente libres, pero también nos dejaría completamente solos. Nos llevaría a un punto completamente individualista, aislado. Y esto tampoco nos haría ser felices.
     
¿Para qué queremos ser completamente libres y felices si no tenemos a nadie con quien compartir esa felicidad?

     Vivimos en una sociedad en la que el ideal es: "Cuanto más obedezcas, más alto llegarás en la vida." Nos pasamos la vida obedeciendo a personas que muchas veces ni siquiera saben por qué tenemos que hacer lo que ellas dicen. Nos obligan a comernos todo lo que hay en el plato, a estudiar hasta los 16 años (nos guste o no), a alcanzar una nota mínima para poder estudiar lo que nos gusta, a vestir "a la moda", a escuchar la música que "se lleva", etc., etc.
     Atrévete a desobedecer las normas impuestas por la sociedad, y ya verás qué pronto te arrepientes. Ya verás qué pronto empieza a caer sobre ti todo el peso del universo. Te pisarán el cuello si te ven un poco flojo; te mirarán con odio, como a la oveja negra del redil; te esquivarán por los pasillos; te dejarán solo...
     "A ese no lo mires, que se viste raro"; "A ese  no lo elijas para el equipo de trabajo, que seguro que da problemas"...
     Todo con tal de que vuelvas al rebaño, de que vuelvas a obedecer al pastor sordo y ciego que en vez de proporcionar bienestar a sus ovejas, intenta que éstas se acostumbren a lo que sería el bienestar para él.

     Y es que así es mayoritariamente nuestra sociedad. Un conjunto de borregos que se limitan a seguir a los cuatro inconscientes modelos de sociedad, que se aprovechan de nuestra sumisión para alcanzar sus beneficios. Y a las ovejas negras, les tapamos la boca con chocolatinas y un par de miradas acusadoras que, por un tiempo, las mantendrán ocupadas y reprimidas por miedo a que les corten la lana. No vaya a ser que a las demás ovejas también les gusten las ideas liberales y se nieguen a proporcionarnos la leche que necesitamos...


Vivir en una jaula
con barrotes de ladrillo,
y desear la libertad 
con la que aún no he convivido.

Ver los pájaros volando
sobre las copas de los árboles,
-Yo quiero volar, madre.
-Tú a callar y a obedecer.

Volar para los pájaros,
que no tienen nada que hacer.
Tú a estudiar y a trabajar,
que de vivir ya tendrás tiempo después.

Y te conviertes en esclavo
de tus propios defensores,
que te llevan de la mano
por oscuros corredores.

Hasta llegar a la luz,
a las puertas de la muerte,
y con nostalgia comprobar
que el que fue pájaro vuela,
y el que fue hombre muere.



  

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