16 marzo, 2018

Estrellas

Difícil.
Difícil podría ser la palabra que definiera la vida.
Difícil por las situaciones a las que nos enfrentamos cada día, y difícil también por las decisiones que vamos tomando en cada una de ellas.

No lo sería tanto con algunas indicaciones, con un pequeño manual de instrucciones.

Y el caso es que esas guías existen, pero igual que es difícil la vida, también lo es encontrarlas. Identificar esas pequeñas cosas que, como estrellas, nos van guiando y ayudando a continuar nuestros caminos no es para nada fácil. Pero lo importante es que existen. Aunque no siempre las veamos, las estrellas están ahí, detrás de las nubes o eclipsadas por la luz del sol, esperando al momento justo para empezar a desprender su magia. Y eso es suficiente para estar alertas, para animarnos a buscarlas, a abrir los ojos para verlas cuando aparezcan.

El reto que cada uno de nosotros tenemos es aprender a identificar cómo son nuestras estrellas. Únicas y diferentes ante cada mirada que las observe, independientemente de que sea la letra de una canción, un sueño, una conversación robada en el metro o el cruce de miradas con un desconocido. Cada persona tendrá sus estrellas y las encontrará en el momento justo, cuando su mirada y su corazón estén preparados para seguirlas.

Da igual de qué manera se presente aquello que nos haga ver qué decisión debemos tomar o por qué puerta tenemos que continuar nuestro viaje.

Lo importante es que esas señales, esas estrellas, están ahí, y muchas veces más cerca de lo que pensamos.

Tan cerca que incluso nos cuesta distinguirlas en medio de la rutina y de las sombras que se instalan poco a poco en nuestra vida. Tan cerca que incluso pueden llegar a ser parte de nosotros mismos.

Porque a veces la única indicación que necesitamos es aquella que aparece en nuestro corazón al cerrar los ojos y escuchar en el silencio.


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