15 enero, 2019

Niebla



Echo la vista atrás y la niebla que acaricia mi ventana se cuela entre mis pensamientos, llenando mis recuerdos inconexos de un pasado que, por lejano que parece, podría haber pertenecido a otra vida.

"Mismo sitio, distinto lugar"

La niebla empieza a condensarse, formando las gotas que se adhieren al cristal y se transparentan, dejando ver lo que hay detrás.

Un sendero. Unas huellas. Una vida.

Y aquellas rocas escarpadas al fondo.
¡Qué grandes e infinitas parecían desde dentro!
¡Qué serenas se perciben desde la distancia!

Yo, que vivía al calor de miedos e inseguridades.

Yo, que dormía con mis monstruos debajo de la cama, temiendo que me cogiesen la mano por la noche y me arrastrasen a su mundo de silencio y oscuridad.

Yo, que nunca me creí capaz, descubro hoy entre la niebla que no necesitaba creerlo, porque ya había Alguien que lo creía por mí, esperando que llegase el día en que fuese capaz de descubrirlo.

Descubro hoy, en el silencio, que la niebla ya no me encrespa, que ya no me da miedo, porque he aprendido a ver entre las nubes el rayo de luz que rompe las tinieblas y disipa los fantasmas.

Qué bonito verse en la distancia y sentirse pequeña ante la enormidad de un Amor que no se cansa de dar Vida.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Te gusta lo que lees?
¡No seas tímid@ y déjame tu opinión en los comentarios!